Manifiesto día de Europa – Impulsem Europa
El 9 de mayo los socialistas catalanes recordamos la declaración del Ministro de Asuntos Extranjeros francés, Robert Schumann, que creó la Comunidad Europea del Carbón y el Acero, el primer paso hacia la construcción de la actual Unión Europea (UE). Hoy, 70 años después, la UE puede presumir de haber asegurado el periodo más largo de paz, estabilidad y prosperidad de toda su historia.
Después de un significativo año 2016, cargado de malas noticias por el proyecto europeo, el 2017 tiene que ser un año de esperanza, rearme y reafirmación de la Unión Europea. El global actual está profundamente cuestionado por dos de sus poderes fundadores, los Estados Unidos y el Reino Unido, en un escenario internacional que carece de un claro liderazgo europeo. A las implicaciones derivadas de la victoria de Trump y del Brexit hay que añadir las ya tradicionales amenazas que suponen el régimen de Corea del Norte, la interferencia de Rusia en procesos electorales, y el terrorismo del DAESH que no cesa y asedia el Oriente Medio.
Ante esta situación, las sociedades occidentales viven un proceso de cierre en sí mismas y Europa se ve amenazada por el dominio de las políticas neoliberales, por la desigualdad que generan, por una reacción anti-ilustrada y por un repliegue identitario. Los gobiernos europeos sueño incapaces de dar una respuesta digna y justa al reto de las personas refugiadas, a la vez que la UE no hace frente a la insoportable desigualdad, el aumento de la pobreza y la pobreza infantil, la erosión de los derechos sociales y la cronificación de la precariedad laboral, especialmente entre los jóvenes.
El auge electoral de la extrema derecha y la expansión de sus ideas xenófobas, discriminatorias, antieuropeas y populistas es lo más claro ejemplo de que no podemos dar por hecho el proyecto europeo, y que no sólo lo tenemos que proteger y defender cada día, sino que lo tenemos que reformar y mejorar. La derrota de Wilders en Holanda y de Le Pen en Francia sueño buenas noticias por el proyecto Europeo, pero Europa no puede bajar la guardia ante el apoyo que estas opciones euroescépticas todavía reciben.
Hay que volver al pacto social que la socialdemocracia, en aras de la responsabilidad institucional, muchas veces ha abandonado. A la vez, el llamamiento por una mayor integración europea tiene que estar dotada de contenido y basada en mayor prosperidad y bienestar y la construcción de sociedades inclusivas. Tenemos que afrontar, con una narrativa fuerte desde la izquierda, los retos del siglo XXI que incluyen la robotización y las nuevas relaciones de producción, el reciclaje profesional, la sostenibilidad de las prestaciones sociales, el reparto de la riqueza y la lucha contra la desigualdad, el cambio climático, una mayor integración en seguridad y defiende, y el desarrollo económico sostenible donde la ocupación tiene que ser un vehículo de cohesión social a nivel europeo. Además, ante un nuevo orden mundial, la UE tiene que buscar nuevos aliados internacionales, y esto pasa para reforzar sus relaciones con Latinoamérica, con quienes compartimos valores, ideas, retos e intereses.
Tenemos que impulsar Europa desde abajo, no sólo desde las élites políticas, incluyendo nuevas voces en el imaginario y valores socialistas. También hay que gobernar desde la izquierda con nuevas alianzas, transformando la realidad y poniendo fin a un status quo que nos está trayendo a la desintegración europea.
Los y las socialistas tenemos que construir nuevas utopías y luchar por la creación de una federación democrática y social europea que apele en las clases trabajadoras que han desconectado del proyecto socialista.
Este 9 de mayo, los y las socialistas nos reafirmamos en la tarea de construcción europea que llevamos a cabo desde los Ayuntamientos, los Parlamentos Nacionales y el Parlamento Europeo. Sólo a través de una UE más fuerte seremos capaces de impulsar verdaderas políticas progresistas que generen una sociedad más justa y solidaria.
Feliz Día de Europa!